La clara de huevo es una fuente abundante, económica y natural de importantes proteínas como ovoalbúmina y lisozima. Gracias a su bioactividad, fácil manejo, actividad antibacteriana y biodegradabilidad, la clara de huevo se utiliza desde hace siglos como excipiente de preparados para el tratamiento de diversos trastornos y hasta para la preservación de obras de arte. 
Debido a sus características térmicas y eléctricas únicas, la clara de huevo se utiliza actualmente en el desarrollo de biopolímeros y en la fabricación de transistores de efecto campo, pero también podría contribuir a formar parte de diversas aplicaciones biomédicas en el futuro. De hecho, la clara de huevo y algunos de sus subproductos se han usado y demostrado efectividad en la mejora de injertos de tejido y estimulando la angiogénesis, lo que lo hace particularmente atractivo en aplicaciones de ingeniería de tejidos y cicatrización de heridas. 
Además, la clara de huevo se puede manipular para obtener plataformas versátiles para el desarrollo de modelos tridimensionales de tejidos in vitro o de sistemas de administración de fármacos. 
Esta completa y actualizada revisión, desarrollada por un equipo internacional (Suiza, Canadá Estados Unidos y Francia) describe la estructura y las propiedades fisicoquímicas de la clara de huevo, así como sus características biológicas. También resume los métodos de fabricación, a partir de clara de huevo, para la generación de plataformas, y proporciona una revisión descriptiva muy completa del papel y el rendimiento de la clara de huevo en varias aplicaciones biomédicas. 
Entre las varias conclusiones de este análisis, está la constatación de que la clara de huevo ha demostrado gran utilidad y potencial como biomaterial para diversas aplicaciones biomédicas, particularmente en las áreas de curación-cicatrización de heridas, ingeniería de tejidos, cultivos celulares in vitro, tecnologías de administración de fármacos, nutrición, biosensores y bioplásticos. Este antiguo pero nuevo material muestra características muy atractivas, como alta bioactividad y disponibilidad, biocompatibilidad, fácil manejo y bajos costos de producción. Además, dado que las proteínas de la clara de huevo exhiben propiedades físicas versátiles, como espumante, gelificante y emulsionante, se pueden moldear en diversas morfologías como esponjas, hidrogeles, películas, fibras, nanogeles y partículas.
Finalmente, se discute críticamente las nuevas perspectivas para futuros estudios en salud con este antiguo, apetitoso y noble material, así como los aspectos regulatorios y de bioseguridad.